jueves, 7 de junio de 2012


Ética y política.


Antes de empezar a hablar de estos dos términos con mucho peso deberíamos primero comenzar por definir a la ética como tal. Es la ciencia que se dedica al estudio de los actos humanos. La ética estudia la moral y determina como deben actuar los miembros de una sociedad. También se definiría como la ciencia del comportamiento moral. Diariamente el ser humano toma decisiones, tanto éticas como políticas, puesto que vive en comunidad.

Ambos términos se refieren a las acciones que podemos realizar los hombres y a la dirección que vamos a dar a nuestra voluntad y libertad. La diferencia radica en que la ética es una practica íntima, personal, en cambio la política es la coordinación de muchas acciones y, por ello, en esta hay que tener en cuenta la voluntad de los demás. Partiendo de esto último, muchas personas pueden tener un código de ética muy arraigado a sus principios y convicciones pero si los va a emplear en los político podría no ejecutarlos a cabalidad ya que mientras la ética, según Aristóteles, se encarga de la felicidad del individuo, la política en cambio trata de buscar la felicidad de un conjunto social pero, la razón principal que hace que el ser político no reaccione de acuerdo a su educación y valores en el caso de que hayan intereses de por medio de un tercero.

Por tanto creemos que nuestra época actual pide a gritos más ética en la política para potenciar a la misma democracia política. Dicho esto ética y política van de la mano una con otra, la primera se enriquece de la segunda puesto que la política le ofrece un panorama de preocupaciones y un ejercicio de visualización de necesidades y problemas.

En la actualidad hay una serie de hechos que han llevado a a una crisis moral de la política y al desprestigio de los políticos que son catalogados de corruptos porque se han olvidado de los intereses de los demás individuos de la sociedad y han optado por manejar las cosas con ilegalidad y a su conveniencia. Sacan sus trapitos al sol par hacerse campaña en vez de promulgar los valores que tienen como seres humanos ignorando la capacidad de impacto que esto conlleva a las personas que los sigue ya sea por simpatizar con su partido político o por algún beneficio en particular.

Una moral errada y corrupta con anti valores como el individualismo, el fraude, el tráfico de influencias, la explotación, el egoísmo o la mentira. Todo ello se nutre de unos medios de comunicación que si no la ensalzan la consienten. Bajo esta realidad, uno no puede extrañarse del rechazo de una mayoría social hacia los políticos de arriba y, de paso, hacia el ejercicio mismo de la política. Ya no hay jóvenes que luchen por ideales, que encarnen la pasión por una filosofía que beneficie a todos porque a la gran mayoría les importa un carajo para evitar ensuciarse con politiquería.


A continuación veremos algunas entrevistas hechas a personalidades de nuestro país que nos han brindado sus puntos de vista acerca a estos temas relacionados a Ética y Política.

  Jaime David Fernandez Mirabal es un político de larga carrera en la República Dominicana. Fue Senador de la República por la provincia Salcedo, hoy Hermanas Mirabal, en el periodo 1990-1994 y reelegido para el 1994-1998, periodo al que tuvo que renunciar en el año 1996 para ocupar la vicepresidencia del primer gobierno del Dr. Leonel Fernández. Fue Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales desde mediados del 2008 hasta septiembre del 2011 y es miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana.  


En su entrevista, Fernandez Mirabal plantea que una sociedad abocada al consumismo crea políticos abocados a tener cosas y que el político debe ser político para “poder hacer”. Asimismo, promueve la promoción y aplicación de un código de ética personal, que sea seguido al pie de la letra, donde la figura publica promueva el buen hacer actuando con ética y siendo un ejemplo para sus seguidores.

La principal característica que Fernandez Mirabal considera debe tener un político es “reconocer su vocación de servicio” ya que debe de ir a la política a servir, conociendo de antemano los problemas sociales a los que se enfrentará, no llegar a la política para luego conocer los problemas sociales.  Condena al político que va a servirse de la política y que pretende a través de esta hacerse empresario y adquirir bienes.  Promueve un político de bienes modestos pero con un sistema de protección que los proteja como clase.

Hace un llamado a la sociedad de “hacer el fó” a los políticos de capital dudoso, pues considera que es necesario que la sociedad diferencie a los políticos buenos y malos. En ese mismo sentido, plantea que las personas honradas deben involucrarse en política como un ejercicio de buena ciudadanía y no dejar la política solo a los que van a servirse de ella.



                                           Entrevista al Lic. Jaime David Fernández Mirabal



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